En telecomunicaciones, 5G son las siglas utilizadas para referirse a la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil. Es la sucesora de la tecnología 4G. Actualmente se encuentra sin estandarizar ni existe acuerdo sobre qué mínimos debe cumplir una red para considerarse tal, aunque las empresas de telecomunicación están desarrollando ya sus prototipos e iniciando las primeras pruebas de campo. Está previsto que su uso común sea en 2020.
El 5G es por ahora un concepto en desarrollo, y no será hasta 2020 que lo empezaremos a ver en funcionamiento. Después comenzará a extenderse poco a poco hasta que se convierta en la tecnología habitual.
El objetivo de toda nueva generación de red móvil es multiplicar la velocidad de la conexión, pero también hacer que las conexiones ganen en calidad, por un lado mejorando el número de terminales al que puede dar servicio cada antena simultáneamente pero también reducir la latencia.
Gracias a esta inversión en infraestructura y al tremendo caudal de datos que fluirá por el 5G, permitirá consolidar la llamada «Internet de las Cosas», que propone que los objetos electrónicos se comuniquen entre sí al conectarse a internet; impulsando con fuerza la Industria 4.0, en donde los procesos robotizados y el control remoto formará parte del día a día.
Mientras en 4G lo más habitual es usar frecuencias bajas, entre los 800 MHz y 2.6 GHz, en el caso de las pruebas de 5G que se han llevado a cabo hasta ahora se han utilizado bandas situadas entre los 26 y 38 GHz. El Gobierno español ha ofrecido la banda de 3,5 GHz para que los actores interesados pueden desarrollar sus servicios de 5G en pruebas y así acelerar su implantación.